La penúltima obra de Ricardo Franco se organiza en torno a un drama a tres voces; las de sus tres personajes principales, interpretados por Maribel Verdú, Antonio Resines y Jordi Mollà, que protagonizan una historia sin aliento. Desde la mirada hacia la marginalidad, otro de los temas recurrentes en el cine de los ochenta y posterior, hasta la reflexión sobre la existencia pensada como una constante conexión con la vida de los otros —y la entrega a ellos y ellas—, el triángulo amoroso de estos tres personajes recuerda la claustrofobia de los entornos cerrados, donde la vida de la familia y su destrucción permea una cotidianidad imposible, cuando la pulsión por la vida y la muerte es más fuerte que la supervivencia de los propios individuos.
Sinopsis: Tras realizar sus compras diarias en el matadero, Rafael, un carnicero castrado a consecuencia de un accidente laboral, pone en fuga al hombre que está golpeando a una joven embarazada en plena calle. Tras pasar por el hospital la lleva a casa. La joven Marina y el agresor Daniel cargan a sus espaldas años de orfanatos, adopciones frustradas y, en el caso de él, estancias en la cárcel. (Fragmento de Jesús Angulo, Diccionario del cine iberoamericano. Madrid, SGAE, 2012, p. 217).