En conmemoración del Día Internacional de la Migración, este conversatorio reúne a dos voces fundamentales de la música y activismo cultural de Guatemala: Sofía Blanco, cantante garífuna y exponente de la cultura afrocaribeña, y Sara Curruchich, cantautora maya kaqchikel y referente de los derechos de los pueblos indígenas. En este encuentro titulado «Raíces que Migran: Un Encuentro entre Culturas, Generaciones y Sonidos», ambas artistas se sumergirán en una conversación profunda sobre sus trayectorias de vida, experiencias en torno a la migración y el impacto de la música como un canal de identidad, resistencia y conexión entre culturas.

Este encuentro busca inspirar un sentido de orgullo y respeto hacia la riqueza cultural de las comunidades migrantes, resaltando el valor de la diversidad y la importancia de fortalecer los derechos de todas las personas, en especial aquellos que enfrentan desafíos migratorios. A través de sus voces y canciones, Sofía Blanco y Sara Curruchich mostrarán que la migración puede ser un puente hacia el entendimiento mutuo, la solidaridad y la paz.

Participan: 

Sofia Blanco. Con más de 60 años de carrera artística, Sofía Blanco es reconocida como una de las voces más emblemáticas de la música garífuna de Livingston, Guatemala. Según el periódico El País, Sofía es «la voz de las mujeres garífunas». Su talento ha viajado por el mundo a través de su participación en el Garifuna Collective y el colectivo Umalali, actuando desde el Zócalo en México hasta la apertura de los Juegos Olímpicos de Vancouver en 2010. Sin embargo, a pesar de su renombre internacional, hasta la fecha no ha tenido la oportunidad de grabar su propio álbum ni de ofrecer un concierto en un teatro en su país natal. Esta situación refleja las profundas discriminaciones que sufre el Pueblo Garífuna, incluyendo el racismo estructural y la falta de políticas culturales que respondan a su identidad.

Sara Curruchich. Originaria de San Juan Comalapa, Chimaltenango, Guatemala, proviene de una comunidad maya kaqchikel reconocida por su rica herencia artística y su historia de resistencia. Con un estilo musical que fusiona rock, folk y música tradicional maya kaqchikel, sus canciones reflejan su profunda conexión con las experiencias colectivas, luchas y patrimonio cultural de su pueblo.