Las ciudades se constituyen en las áreas de mayor consumo de energía y alimento, pero las grandes migraciones del área rural a la urbana provoca no solo una pérdida del sector agropecuario, sino dificultades en el seguimiento de dietas saludables. La misma dinámica urbana demandante de nuevas estructuras alimentarias transforma y trastoca la memoria alimentaria, la cocina tradicional y los hábitos de consumo alimenticio acostumbrados. En el país, la comida tradicional y sus técnicas de producción, elaboración y consumo, se caracterizan por su alto valor nutritivo, pero también por su riqueza sociocultural y símbolos de identidad.
La ciudad de Quetzaltenango es la segunda más grande e importante del país guatemalteco y en las últimas décadas denota una expansión urbana sin precedentes, a la vez de una creciente participación de nuevas cadenas y sistemas de alimentación que se caracterizan por platillos ultraprocesados que están colonizando las mesas de la ciudadanía. Estos nuevos hábitos de consumo indudablemente impactan en la salud, el ambiente, la pobreza, la resistencia y soberanía alimentarias.
El paisaje alimentario, lo hemos de entender desde una perspectiva relacional, que busca comprender la diversidad de actores , motivaciones y escalas, así como la configuración de la ciudad que define la experiencia alimentaria en barrios y ciudades. En este sentido el proyecto del paisaje se constituye en una mediación cultural que facilita la visión crítica sobre el abuso del territorio y la definición de nuevos criterios de uso, así como la visualización de un paisaje que disminuya las brechas alimentarias que existen entre lo rural y lo urbano y poblaciones marginadas que se enfrentan día a día con la inseguridad alimentaria y con nuevas formas de hambre y malnutrición.Este estudio realiza un retrato de esa ciudad desde una perspectiva de la teoría de la Dona y con un pensamiento holístico, comprendiendo que la ciudad se debe constituir en un hogar de gente próspera con respeto al bienestar de todas las personas y la salud de todo el planeta.
En ese sentido persigue caracterizar el paisaje alimentario a escala, específicamente en un corredor de la ciudad que se caracteriza por su diversidad poblacional y su estructura urbana, además de interpretar la cultura y la memoria alimentaria del barrio, interpretar el comportamiento alimentario y sus impactos en la salud y los aspectos socioculturales de la ciudad. El estudio es abordado desde una metodología mixta que combina diversos enfoques y técnicas de investigación, esto, con el fin de alcanzar una aproximación más fiel a la realidad alimentaria de la ciudad.
Investigación a cargo de la Dirección de Investigaciones del Centro Universitario de Occidente
Participan en el foro: Raúl Moterroso, Ana Chan y Luis Fernando Castillo